Jimmie Fails tiene una vida complicada. Con padres drogadictos y problemas con la ley, solo se siente orgulloso, a pesar de todo, de su ciudad, San Francisco, y de una casa victoriana que ahora forma parte de un barrio acomodado habitado por blancos, que construyó su abuelo. Cada día, con su amigo Montgomery, que le ha acogido humildemente en su casa, pasa a ver la casa e incluso repara la fachada, escondiéndose del matrimonio que la habita. Después, pasean con skate por la ciudad que tanto aman y ven las diferencias según los barrios, la extrema riqueza enfrentada a una decadencia que se extiende inexorablemente. Cuando los propietarios de la casa victoriana tengan que dejarla, la obsesión del Jimmie será recuperarla a cualquier precio. Pero su propio entorno será el primero en no ponerle las cosas nada fáciles.
Tan reivindicativa como extraña, tan física como a ratos onírica, tan cruda como inevitablemente sentimental, la primera película de Joe Talbot ha sido una de las grandes sorpresas de los últimos meses en el panorama cinematográfico indie. La historia de estos dos amigos negros, sus familias, su grupo de amigos cerca de la delincuencia, de los que quieren pero no pueden terminar de distanciarse, los anhelos de ambos, la casa que construyó su abuelo uno, estrenar una obra de teatro el otro y sobre todo la carta de amor (y a veces de odio, porque como dice la película sólo se puede odiar aquello que has amado) en la cinematográfica ciudad de San Francisco, ha captado la atención y el entusiasmo del público, festivales y crítica especializada, ganando el Premio Especial del Jurado en Sundance y recibiendo multitud de reconocimientos en los premios cinematográficos anuales de los críticos de EEUU.