Nito, un joven adolescente amante del skate, empieza a estudiar en un instituto del sur de EE. UU. donde conoce a Krista. Ella, carismática y extrovertida, necesita inspiración para realizar una pieza teatral. Él, seguro y decidido, está empezando una nueva vida en el barrio, supliendo la ausencia de sus padres con colegas de la calle. Paralelamente, Adam, un chico obseso con las armas de fuego, ve que sus videos necesitan contenido más explícito para poder vivir de su propio material.
Jim Cummings, un habitual en el cine indie del país, produce el film dando así una continuación al multipremiado corto Krista que se ha acabado desarrollando en este largometraje. Danny Madden dirige con mucha intención y energía una reflexión sobrecogedora sobre crecer en un mundo lleno de inseguridades, en un país donde la violencia en la calle puede escalar rápidamente, en una sociedad marcada por las redes sociales y la imagen individual. La forma en que se va abriendo la narración hacia el espectador lleva a sentir el drama de muy cerca, entendemos los sucesos, puesto que hemos estado en la piel de todos los personajes. Estamos ante un tríptico sobre la América de Donald Trump donde muchas personas se ven obligadas a crecer demasiado rápido y donde muchas otras ven rotos sus sueños prematuramente.