La segunda película de los hermanos Zellner, después de que su debut en el largometraje, Plastic Utopia, fuese considerado demasiado extraño por la mayoría de los programadores de festivales, fue digno de cualquier cineasta verdaderamente independiente y radical: hicieron algo todavía  más extraño. Adaptación de una «obra maestra literaria» de la nación de «Bulbovia», la película captura fielmente los rituales de los bulbovianos,  desde la construcción fronteriza a la conquista nacional y sus duelos de pollos crudos. Extraños en una tierra extraña, los más débiles exploradores de Bulbovia (David Zellner y Wiley Wiggins) intentan colonizar obedientemente el nuevo mundo, pero pronto descubren que sus camisas abotonadas y sus pensamientos racionales se desvanecen en un caos de gente que come escarabajos, abusa de los árboles y cambia de esposa. Un auténtico delirio. Una locura única que se programó, pese a todo, en el SXSW del 2001.