Wayne, un padre divorciado y alcohólico, anclado a una juventud que ya hace tiempo que pasó, pierde la custodia de su hijo. Convencido que puede revertir la situación, se lleva a su hijo de camping con la aprobación de su ex mujer. Lo que ella no sabe es que en realidad se lo lleva dirección Milwaukee, donde en vez de exponer la situación a su hijo, le quiere impresionar con un montón de lujos.
El espíritu aventurero, con toques de road trip, queda completamente envuelto por una aura melancólica y una ducha fría de realismo. La dirección de Niels Mueller, director también de The assasination of Richard Nixon, hace resaltar en su protagonista una vertiente empática que junto con la composición de Nicholas Jacobson-Larson, harán que podamos llegar a entender las acciones irracionales y autodestructivas que toma Wayne. Todo el film va dirigido a un clímax donde el padre tendrá que explicar al hijo qué futuro les depara, y merece la pena la espera, puesto que la interpretación de los dos y todo el acto final es digno de los mejores indies.
No hay que pasar por alto que uno de los productores ejecutivos es, ni nada más ni nada menos, que Alexander Payne quién se encarga de dotar de su manera de hacer al film. Merece la pena destacar que su función de productor llevó a este festival Kumiko, The treasure Hunter de los hermanos Zellner. Esta vez ha apostado por Small Town Wisconsin y sigue apostando por el cine indie que nos gusta.