Emma Seligman firma la ópera prima más refrescante de Americana 2021; una comedia enérgica, verborreica y neurótica situada en un velatorio judío. Protagonizada por una sorprendente debutante, Rachel Sennott, Shiva Baby nos sitúa de lleno en la infernal situación de encontrarte a tu exitosa ex novia, a tu sugar daddy con su esposa e hija, y a tu cargante y numerosa familia al completo en un mismo sitio. Que además, no es otro que el velatorio de un familiar al que apenas conocías.
Seligman utiliza todas sus armas para que sintamos la frustración y ansiedad de Danielle en nuestras propias carnes: Cámara pegada al hombro y que sigue de forma balbuceante los rostros de los personajes, un montaje frenético, unos golpes sonoros que aturden sin compasión (y ese constante lloriqueo de bebé), y un guión repleto de diálogos triviales que taladran a todas y cada una de nuestras neuronas.
Partiendo de su corto homónimo presentado en SXSW, Seligman configura una protagonista joven y moderna que vive sin dar explicaciones a nadie: bisexual, terminando una carrera en estudios de género, y viviendo, descaradamente, del dinero que le ofrecen sus sugar daddies. Su calculado modus vivendi, pero, se verá terriblemente acorralado cuando acuda al concurrido velatorio judío.
Con un reparto que cuenta con algunos de los mejores actores y actrices de la escena indie actual como son Molly Gordon (Súper empollonas), Fred Melamed (Lemon) y Dianna Agron (La última canción), Shiva Baby se alza como una de las grandes comedias del año. Una cinta vibrante y mordaz, que, como sólo pasa en las mejores películas, termina en el momento justo para dejarnos con ganas de más.