
19 Nov Buffalo’66
Título: Buffalo’66
Año: 1998
País: Estados Unidos
Director: Vincent Gallo
Guión: Vincent Gallo, Alison Bagnall
Música: Vincent Gallo
Fotografía: Lance Acord
Reparto: Vincent Gallo, Christina Ricci, Anjelica Huston, Ben Gazzara, Mickey Rourke, Rosanna Arquette
Productora: Lions Gate Films
La figura de Vincent Gallo siempre se ha movido entre la rareza y la genialidad. Gallo es uno de esos personajes de la industria cinematográfica que lleva al límite la excentricidad, sus declaraciones comprometidas o su página web son algunos de sus señas más elocuentes.
Sin embargo, a través de su obra podemos contemplar que el artista no está tan ido como parece y es más sensato de lo que pensamos. En Buffalo’66, su ópera prima, hace tal manejo del lenguaje cinematográfico que nos advierte que detrás y delante de la cámara se encuentra un verdadero autor.
Comienza invirtiendo los colores de los títulos de crédito, del clásico fondo negro y letras blancas, pasa a una tipografía oscura sobre un blanco grisáceo.
Después, se nos presenta a un personaje, Billy, interpretado por el mismo Gallo, que sale de la cárcel y espera el autobús. Sentado en un banco recuerda los momentos vividos en la prisión, el director superpone pequeños cuadros sobre la imagen en los que aparece los distintas escenas. Sin duda, un uso significativo del flashback que tiene una voluntad de reinventar este elemento que ha sido tan empleado en la historia del cine.
Los colores también son importantes en el filme, cuida tanto el vestuario, como el espacio, predomina los marrones y constrasta los tonos pasteles para simbolizar a Layla, la chica de la que se enamora Billy, frente a los más oscuros para representarle a él. De esta manera, se alude a la personalidad de cada uno: la dulzura contra la tosquedad.
Así mismo, los momentos de humor son otra de las señas de Gallo, por ejemplo, la secuencia en la que Layla conoce a los padres del protagonista, unos personajes un tanto singulares, interpretados por Anjelica Huston y Ben Gazzarra (habitual de los filmes de Cassavetes, uno de los precursores del nuevo cine independiente norteamericano). Contar con este actor, es otra seña de que el director sabe lo que se hace.
Pese al mal carácter de Billy, al final de la historia demuestra sus puntos débiles, la razón de su inseguridad que gracias al amor que le aporta Layla, toma la decision adecuada. En el clímax de la cinta, se vuelva a utilizar el recurso del cuadrado superponiéndose a la imagen, pero esta vez, no para hablar del pasado, sino del futuro; ya sea en voluntad de flashfoward o de momento de ensoñación por parte del protagonista, el director vuelve a jugar con el lenguaje audiovisual. Son muchos los elementos que usa Gallo en su ópera prima para enriquecerla y así, demuestra que conoce el medio y sabe como jugar con sus diferentes partes. La historia de la película se ubica en Búfalo, la ciudad natal del director. Un lugar desolado y triste, un espacio referente de las obras de Jim Jarmusch, cineasta recurrente de dicho cine alternativo.
La primera cinta del autor neoyorquino es un referente para el universo indie norteamericano. Hoy en día, sigue siendo un filme que tanto forma, como historia, supone un elogio para el séptimo arte. Vicent Gallo, más allá del personaje, demuestra ser un autor que conoce el medio que explora.