Mean Streets – Last Exit to Brooklyn

Si a la hora de afrontar la fisicidad, la aspereza y la furia presentes en las imágenes de una película como Malas Calles enumerásemos algunas (sino todas) de las características que suelen atribuirse al difuminado concepto del cine independiente (por su complejidad etimológica, su paternidad compartida y la aversión a ataduras temporales y espaciales), no sería atrevido el hecho de considerar la película de Martin Scorsese como paradigma de ese cine facturado en la periferia del mainstream. Más aún, ¿acaso podría entenderse un cineasta como Scorsese sin Roger Corman? Y la película que nos ocupa, ¿podría entenderse sin John Cassavetes? Porque más allá del cartel de Maridos (Husbands, John Cassavetes, 1970) que, a modo de retribución fílmica, decora la puerta de un cine en un momento del film (paradójicamente, una de las pocas películas de Cassavetes facturadas dentro del engranaje de los grandes estudios), ¿acaso el Johnny Boy que aquí interpreta Robert de Niro no es sino el reflejo de aquel Ben (Carruthers) y su panda de amigos macarras que vagabundean sin rumbo por las calles de la Nueva York de Shadows (John Cassavetes, 1959)?

Exhibiendo la cinefilia propia de su generación, la que se empapa con devoción enciclopédica del cine norteamericano y la experimentación de cineastas como los de la Novelle Vague, Scorsese emborrona la línea entre realidad fílmica y experiencia vital haciéndolas confluir en un chorro de luz proyectado a cámara al ritmo de The Ronnettes. El cine (punto de fuga) se convierte en el mejor lugar donde gastar el dinero robado a dos chavales que intentaban comprar fuegos artificiales de contrabando, pero también son sus imágenes proyectadas el lugar desde donde se anticipa la tragedia que destapa, como Cassavetes, la inalcanzabilidad del sueño americano. El de ese Empire State al que Johnny Boy dispara ciegamente desde un tejado de Little Italy.

Una imagen que también anticipa dos caminos diferenciados: la imposibilidad de redención (a través de la violencia) fuera del contexto espacial de los personajes y la futura conquista de Scorsese de ese mismo skyline, a través de la imbricación de la libertad creativa y una mirada propia dentro de los grandes estudios. Es entonces cuando la referencia explícita al Maridos de Cassavetes se descubre en toda su magnitud.