En los años 90, una madre soltera coreana cría a su hijo pequeño en los suburbios de Canadá, decidida a proporcionarle una vida mejor que la que dejó atrás. Ganadora del premio del público en festivales de todo el mundo, la segunda película del actor, guionista y director Anthony Shim es una delicada y cálida pieza sobre la búsqueda de la identidad y la importancia de las raíces culturales en las personas migrantes. Una de las joyitas escondidas de esta edición.
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